SachamamaTalks – Helena Olea
Una conversación con la abogada Helena Olea, directora asociada de programas de la organización Alianza Américas. Helena nos explica la situación de los migrantes climáticos en Estados Unidos, por qué el TPS no es una solución a esos desplazamientos y qué herramientas podrían tener los gobiernos para ofrecerles una vía más estable a las personas que se ven obligadas a abandonar sus países por eventos extremos como huracanes y sequías.
J: Bienvenidos a Sachamama Talks a todos, en nuestra edición de marzo. Mi nombre es Johani Ponce y yo soy la encargada de moderar este espacio, trabajo en comunicaciones en la organización Sachamama y en esta edición tengo como invitada especial a Helena Olea.
Helena es una abogada que actualmente se desempeña como directora de programas, directora asociada de programas de la organización Alianza Américas.
Johani: Bienvenida Helena, un placer estar contigo, gracias por haber aceptado la invitación.
Helena: Hola Johani, muchísimas gracias por la invitación, me da mucho gusto estar aquí hoy.
J: Sí, de verdad que es un gusto verte después de que coincidimos en el panel que organizó Sachamama en la convención que organizó la fundación Volo y hablamos sobre migración climática. Y antes de hablar de migración climática, Helena, a mí me gustaría que nos dijeras más o menos ¿Quién eres tú? ¿Qué estudiaste? ¿Dónde naciste? y ¿Qué trabajo haces en Alianza Américas?
H: Yo soy colombiana, nací, crecí, y me eduqué en Colombia, en Bogotá. Soy abogada, por deformación dirían muchos, y tengo una maestría en derecho internacional de los Derechos Humanos. Yo llevo toda mi vida profesional trabajando justamente por los derechos de las personas que se ven obligadas a abandonar su hogar. Empecé trabajando con los desplazados internos en Colombia y posteriormente, cuando vine a mis estudios de posgrado en Estados Unidos, empecé a trabajar y aprendí mucho más sobre el asilo en Estados Unidos y sobre la migración y las organizaciones de migrantes en Estados Unidos. Posteriormente viví en Chile, donde tuve la oportunidad de crear una clínica jurídica para ofrecer asistencia jurídica a migrantes y refugiados. Hace ya ocho años regresé a Estados Unidos, donde empecé trabajando, enseñando y haciendo esta combinación que yo intento hacer entre la enseñanza universitaria y el trabajo en organizaciones de la sociedad civil. Y empecé a trabajar con Alianza Américas, y ya llevo alrededor de siete años vinculada con Alianza Américas.
J: ¿Y exactamente qué haces en Alianza Américas, Helena?
H: Bueno, pues mi responsabilidad como directora de programas está vinculada con garantizar que las diferentes áreas problemáticas de la organización estén desarrollándose de manera coherente en función de nuestra misión y visión, de los objetivos que nos proponemos alcanzar, y que sean fieles a nuestro trabajo apegado a la membresía.
Nosotros somos una red de 60 organizaciones de migrantes latinoamericanos y caribeños en Estados Unidos. Nosotros identificamos cuáles son los intereses y las preocupaciones de la membresía, y vamos generando una agenda de incidencia. Generamos productos comunicacionales, formamos y acompañamos a nuestros miembros en sus esfuerzos para responder a las necesidades de las comunidades con las que ellas trabajan, en alrededor de 20 estados de Estados Unidos. Además, soy responsable de la incidencia global en Alianza Américas. Esta combinación me permite mantenerme informada como abogada en derecho internacional, tratando de buscar esos espacios de incidencia de las voces de las personas migrantes, de las personas que piden protección internacional. Son fundamentales para que la respuesta realmente considere lo que ellas quieren, lo que necesitan, y las pongan como la prioridad central de la acción de los organismos internacionales.
J: Helena, cuando hablamos de migración, normalmente vemos que las personas se mueven o han sido desplazadas por problemas políticos, problemas sociales, por problemas de violencia, de religión, pero poco se asocian los movimientos migratorios con el cambio climático, con el calentamiento global, y con los eventos extremos, que son la fiel representación de la crisis que estamos viviendo. Entonces, ¿cómo explicarles a las personas que también existen estos migrantes? ¿Cuál es la diferencia entre un migrante y un migrante climático?
H: Bueno, yo creo que justamente tenemos un primer gran desafío, y es que algunos de estos conceptos están anclados en la Segunda Guerra Mundial y en el concepto de una persecución individual. Por eso, como todas las personas que se ven obligadas a abandonar su hogar, su lugar de residencia, porque las persiguen por la religión que practican, la geografía, por ejemplo. Lo que cada vez es más frecuente, y que América Latina reconoció desde los 80, vale la pena subrayar esto, con la famosa Declaración de Cartagena en 1984, es que las situaciones que ocurren en el lugar donde una familia reside, que la obliga a huir de ese lugar, no la están persiguiendo individualmente. Pero la situación en el lugar se vuelve tan invivible, que esa familia tiene que buscar protección en otro lugar. Hablábamos de los conflictos armados internos, hablamos de las violaciones masivas de derechos humanos, y en esa lista de nuevas situaciones, tenemos que incluir ahora, y es lo que es inevitable que hagamos, el cambio climático y la degradación ambiental, que están haciendo invivible la situación para muchas familias en muchísimos lugares del mundo, que están teniendo que buscar un hogar en otro país.
J: Sí, hablando de guerras, pareciera que algunos se olvidan de que lo que desató la guerra de Siria, no digo que haya sido la causa, porque son muchas causas y los temas son muy complejos, y no podemos inclinarnos solo por uno, pero la sequía fue lo que hizo que muchas personas emigraran a las ciudades debido a una sequía fortísima de algunos años, o sea, de más de tres años y, después vino lo que se conoce como la Revolución, y estalló el gran conflicto bélico. Entonces sería importante que tanto los gobiernos, locales, estatales, y a nivel internacional, se reconociera, lo que es un migrante climático, entonces mi pregunta es, qué se está haciendo en políticas públicas, en política internacional, para además darle a estas personas la etiqueta de refugiado. Explica un poco, lo que es un migrante y lo que es un refugiado, es decir ¿cuáles son los derechos que tiene refugiados, y cuáles son los derechos pudiera tener un migrante?
H: bueno la institución del refugio ,y el concepto refugiado justamente surge en 1951, a partir de la segunda guerra mundial, y es en esta mea culpa de la 2da guerra mundial, que se reconoce que es necesario crear un régimen de protección, y que los estados tienen que comprometerse que cuando una persona llega al territorio en su país y dice necesito protección, no la van a devolver, sin haber escuchado las razones por las cuales esa persona está buscando protección, y en ese momento en 1951, se listaron esos cinco motivos, como tu mencionabas, la raza, la religión, la nacionalidad, la pertenencia a un grupo étnico, y la persecución, la persecución política, y además, otros motivos, la categoría otros motivos que terminan siendo muy amplia, y permite, ha permitido que jurisprudencialmente sobre todo, se hayan reconocido otros motivos de persecución.
La discusión, es que en el caso del cambio climático, no tenemos una persecución individual, sino como dije, es una situación que afecta a las personas que están recibiendo en un lugar particular, y por ello hay mucha renuencia a reconocerlos como refugiados, y hay muchísimo temor también, a lo que significaría tratar de abrir la negociación de la definición sobre lo que es un refugiado, por eso, se ha optado por la vía de describirlos como migrantes, migrantes climáticos, personas que migran con motivo del cambio climático, y ahí lo que surge, la pregunta, de cómo se les puede proteger, cómo se les puede reconocer que pueden Ingresar a otro país y cómo se les ofrece una visa para que puedan permanecer en otro país, como regularmente sucede con las personas que migran por razones de trabajo, por estudio, por reunificación familiar, o por otros motivos
J: Sé que muchos, aquí, en los Estados Unidos, después hablamos de eso, pero también hay migraciones internas, por todos los eventos extremos que se están dando, pero muchos en los Estados Unidos se acordarán de lo que es el TPS, el Status de protección temporal que a muchos Centroamericanos se les otorgó y creo Helena, no sé si me equivoco que se ha renovado hasta 17 veces desde, desde el huracán Mitch, en los 80, entonces muchos dirían que es una solución que el TPS, es una solución, ¿qué opinas tú al respecto?
H: Bueno, el estatus temporal es una medida pragmática en la que el Estado reconoce que tenemos personas de una nacionalidad en un país en el que, en este momento, no las podemos devolver a ese país porque las condiciones están dadas para que estas personas vivan con seguridad y dignidad en el país. Y eso, en el caso de Centroamérica, se originó con el huracán Mitch y también con un terremoto en El Salvador en el 2000. Estos fenómenos particulares generaron que Estados Unidos dijera que no vamos a volver a estas personas, que les dieran estos estatus temporales que se dan por un periodo de tiempo y se renueva. Y como tú bien dices, se ha ido renovando una y otra vez. También garantiza que las personas no van a ser deportadas a ese país mientras estén amparadas con esa protección. Y eso es un gran alivio porque, si bien las personas no tienen una solución temporal ni tienen una residencia permanente en Estados Unidos, han podido quedarse y esta renovación les ha permitido armarse un proyecto de vida en Estados Unidos. Han formado familia, son madres y padres de familia, trabajan, tienen emprendimientos, compran casa y viven con la ilusión de quedarse en este país. Sin embargo, siempre están sujetas a la renovación del estatus, por eso tenemos un gran desafío de cómo reconocer que después de cierto tiempo de temporalidad, tenemos que encontrar una solución hacia la permanencia, en definitiva, para que estas personas sean reconocidas como residentes en el país. Y por eso se habla que el TPS sería una solución para los migrantes climáticos. Sin embargo, depende de que el gobierno de Estados Unidos lo reconozca y, lo más importante, no garantiza que las personas puedan ingresar a Estados Unidos. Es una pérdida pragmática que reconoce que las personas ya están acá y ahora no les podemos pedir que regresen. Las personas pueden haber ingresado como turistas al país, como estudiantes, como trabajadoras, y pueden acogerse a ese contexto o pueden haberlo hecho de manera regular y acogerse al TPS, pero no es una solución en la medida en que no permite a las personas ingresar. Y la dinámica migratoria, sobre todo por la frontera con Estados Unidos, ha sufrido cambios muy profundos en los últimos años que han resultado en que hoy en día es casi imposible para las personas que necesitan protección, sean refugiados o sean migrantes por cambio climático, ingresar al país. La mayoría son devueltas inmediatamente a su país de origen porque debemos recordar que continúa vigente el título 42.
J: Y hablando del título 42, mira Helena, normalmente trato de ser una persona que tiene mucha esperanza y muchas expectativas de lo que está pasando, y siempre digo, y me trato quizá de convencer a mí mismo, a mí misma, que el cambio climático no solamente es un gran problema y una crisis, sino una gran oportunidad para que las cosas cambien. Pero con respecto a la migración, si a los migrantes que están viviendo conflictos armados, conflictos políticos, no se les está dando todo el apoyo que se necesitaría, entonces me parece que pensar en los migrantes climáticos ahora es muy complejo. Porque de la manera en que yo lo veo, es como un todo, o sea, no es que sea una cosa u otra, sino que es un conjunto de problemas por los cuales las personas se deciden a dejar su país. Entonces, no sé cómo ves tú actualmente el tema migratorio en los Estados Unidos y qué esperanzas, sabemos que todos los involucrados en estos asuntos tenemos que trabajar para que eso se dé y se les dé una condición de refugiados a los migrantes climáticos, pero ¿cómo lo ves tú realmente?
H: Mira, yo creo que efectivamente tenemos que afrontar un problema y un contexto de una narrativa y un discurso muy fuerte contra la migración, que percibe la llegada de personas al país como una amenaza a las condiciones de vida del resto de la población en Estados Unidos. Yo creo que es importante desmitificar y acabar con esa narrativa, y tenemos que ver información creíble. La información creíble es que este país necesita más trabajadores, que las personas que están postulando a los trabajos todo el tiempo están viendo cómo quienes tratan de hacer empresa, quienes tratan de generar empleo en este país, no encuentran trabajadores.
De allí que hemos visto a la par que se van ampliando y aumentando programas, por ejemplo, como los de los trabajadores temporales. La economía estadounidense necesita el motor de la mano de obra, y estas personas están buscando llegar a este país. Son ese motor de la mano de obra. Sabemos, y la evidencia nos lo dice, que las personas migrantes trabajan en proporciones más altas que los nacionales de un país. Además, sabemos que esas personas que están aquí dejan familia en su país de origen y que están enviando remesas para apoyar las economías de sus países. Entonces, recibirlos, permitirles tener un estatus regular de manera que no tengan que trabajar de manera informal por debajo de la mesa, sino que lo puedan hacer con un estatus regular, es protección para esas personas, es, digamos, la gasolina del motor de la economía estadounidense por el otro lado, y es lo moralmente correcto que un país como Estados Unidos, con la historia y la tradición que tiene, puede hacer. Un país donde vienen oleadas de migrantes de diversos lugares del mundo, que han hecho de este país rico, diverso, pujante, que lidera el mundo, y es parte de lo que Estados Unidos necesita y de su compromiso moral y su liderazgo internacional.
J: Desde tu perspectiva, Helena, ¿crees que dar visas temporales de trabajo en casos de eventos extremos resolvería algo? Porque claro, siempre queremos, y debe estar muy claro, que siempre queremos un paso para la residencia, para la ciudadanía. Esa es la esperanza para que las personas permanezcan en Estados Unidos, pero podría ser, desde mi punto de vista, un avance que se les diera esa visa de trabajo temporal. Si mal no recuerdo, y tú me puedes corregir, Helena, creo que eso fue una iniciativa del gobierno de Bush, me parece, no estoy seguro, o quizás hasta antes, pero creo que fue el gobierno de Bush. Entonces, esto podría, y no sé en qué ha quedado tampoco ese tema de las visas temporales de trabajo.
H: Pues mira, la verdad es que los programas de trabajadores temporales son muy viejos, vienen desde los años 40, con el famoso programa “brasero”, que traía a los trabajadores mexicanos a trabajar en la agricultura. En ese momento había mucha más migración circular, de manera que los trabajadores venían a trabajar a Estados Unidos, terminaba su trabajo que en general era de temporadas, y muchos iban a pasar el fin de año de vuelta con sus familias en el país de origen, y regresaban. Hoy en día tenemos evidencia para entender los lados positivos y negativos de esa política. Tal vez uno de los problemas más complejos es que a estos trabajadores se les obliga a cotizar en el sistema de seguridad social de Estados Unidos, como se les obligó a los braceros, pero ellos nunca recibieron la jubilación, por lo cual los recursos que eran descontados de cada uno de sus cheques de pago representan una gran injusticia. También reconocemos la fractura familiar que significa, significaba en ese momento que el padre, o hoy en día que la madre o el padre, tenga que dejar a sus hijos para ir a trabajar a otro país. Esa división de la familia tiene otro tipo de consecuencias, y por eso los programas de trabajadores temporales son vistos como una solución. Pero es importante reconocer primero el quiebre familiar y entender que todas las personas tenemos derecho a vivir con nuestra familia, a todos nos gusta criar a nuestros hijos, cuidarlos, verlos crecer. Es un sacrificio gigante que le estamos pidiendo a ciertas personas, decirles: «usted tiene que dejar a su hijo en manos de su abuela, la tía, de otros familiares, de su hermano, porque usted tiene que ir a ganarse la vida en otro país». Eso es muy duro, y muchas de esas familias, que en otro momento lo hicieron, por ejemplo, como los campesinos temporeros, muchos no pudieron traer a sus hijos que habían dejado en el país de origen. Entonces, hay ese dolor de la separación familiar, eso es un elemento problemático de los programas temporales, y eso es algo sobre lo cual debiésemos reflexionar. Sí, sería más deseable programas que permitan a los trabajadores quedarse, y el segundo problema grave son las violaciones de los derechos de los trabajadores en Estados Unidos. Sí, sería más deseable programas que permitan a los trabajadores quedarse, y el segundo problema grave son las violaciones de los derechos de los trabajadores en Estados Unidos. El hecho de que el trabajador esté condicionado es una visa para trabajar con ese empleador, no permite que ese trabajador o trabajadora denuncie condiciones de trabajo injustas, denuncie violaciones a sus derechos, condiciones peligrosas de trabajo, porque la consecuencia de esa denuncia es que ese trabajador es devuelto a su país. La protección por eso es muy importante, y apenas ahora estamos viendo algunos pequeños cambios en el departamento de trabajo, que están teniendo que redoblar los esfuerzos en la fiscalización de ese trabajo, para realmente proteger y garantizar los derechos de los trabajadores. Nadie más vulnerable que un trabajador bajo uno de sus programas temporales, y por eso, si esa es la solución que vamos a dar, tenemos que ver cómo realmente se fortalece la situación de los trabajadores, y se protege más. De lo contrario, son condiciones realmente vulnerables.
J: Y no solamente Helena que se fractura en la familia, sino que las personas que se quedan son blanco de, por ejemplo, en Centroamérica, puede ser de las pandillas, que es uno de los problemas más graves que ellos tienen; en Siria, como yo comentaba con todo lo de la sequía, muchos de los jóvenes que se quedaron fueron reclutados por el Estado Islámico. Es todo un problema social muy complejo, y como tú bien dices Helena, Estados Unidos es un país que históricamente ha sido conocido por abrirle los brazos a los inmigrantes, por ser construido por inmigrantes, que hacen trabajos que muchos nativos de aquí no quieren hacer. Pero mi pregunta sería, ¿cuál es el papel de los países que saben, o sea, sabemos que estamos viviendo una crisis climática, sabemos que, por ejemplo, tenemos una temporada de huracanes? No voy a hablar de los terremotos porque es mucho más complejo. ¿Qué pueden hacer esos países también para que esas comunidades sean más resilientes y estén más preparadas? Ya pasó lo del huracán en el 2020, que además de la pandemia que nos azotó y nos cambió la vida a todos, me parece que en Centroamérica fue duramente golpeado por los huracanes, entre otras cosas. Pero ¿qué pueden hacer también los gobiernos locales? Porque también, haciendo un poco de abogado del diablo, Helena, también es como sentarse a decir, «mira, no solamente que me van a recibir a mis migrantes, sino que además esos migrantes van a mandar remesas, y esas remesas son motor de la economía del país». Pero también, ¿qué pueden hacer esos países para que estén prevenidos sobre esta situación? Estamos, y es importante que la gente lo entienda, viviendo una crisis climática, y tenemos la oportunidad de tomar medidas y que las cosas cambien o que todo siga igual y sigan muriendo más personas. ¿Qué papel desempeñarán los países?
H: Yo creo que en el momento en que estamos viviendo es fundamental que absolutamente todos los estados y países reconozcan la emergencia climática, que la entiendan como la amenaza que representa para la seguridad interior del país. Y eso significa que los países tienen que poner en marcha programas de mitigación y de adaptación frente al cambio climático. Y eso es la primera pregunta que nos debemos hacer: ¿Se están haciendo en este país? ¿Se está haciendo en los países de origen? Por qué no se están haciendo, y lo que observamos en muchos países es que falta conocimiento, falta la voluntad política para reconocer que es la amenaza, y es una amenaza fundamental para la supervivencia de la población. Y lo tercero, recursos para poner en práctica esas políticas de adaptación y mitigación.
Y allí hay una serie de esfuerzos a nivel internacional que justamente se están preguntando y están haciendo este llamado a: ¿Necesitamos estas políticas? La pregunta es: ¿Dónde están los recursos? ¿Cómo, por ejemplo, un país como Estados Unidos tiene de manera transversal el cambio climático como una estrategia para relacionarse con los otros países? ¿Cómo está preguntando qué estrategias tiene, y cómo está incluyendo en su portafolio colaboración de ayuda internacional para abordar estos temas?
Entonces, yo creo que efectivamente falta tanto voluntad política, recursos y la decisión de dedicar parte del presupuesto a ello, y también en algunos casos apoyo de la cooperación internacional, de la comunidad internacional, para países que están en una situación de mayor vulnerabilidad. Es muy paradójico que, por ejemplo, los países centroamericanos sean particularmente vulnerables al cambio climático. No son los culpables, no son los países emisores, no son los países que tienen recursos de hidrocarburos. A quienes podemos decir: «Bueno, ustedes se han enriquecido con el petróleo, este es el resultado». No, nada de eso. Son simplemente los que están siendo más golpeados por esta situación y que no han sabido prepararse.
Entonces, yo creo que el desafío es tanto desde la diplomacia, desde un Movimiento Político interno, reconocer ese desafío. Porque efectivamente, cuando un país pierde a sus nacionales, cuando sus nacionales migran, es una gran pérdida para el país. El país invirtió en la educación, en la salud de esas personas, y que las personas opten por irse a otro país es realmente una gran pérdida. Eso lo vemos claramente, por ejemplo, con la población venezolana. Quien más ha perdido con el éxodo venezolano es Venezuela misma, y por eso es fundamental poner esta presión, poner este tema en la agenda y discutir en términos de ¿Qué significa para un país hacer la transición energética? ¿Qué significa y cómo vamos a dedicar recursos para estas mitigaciones? ¿Qué políticas son las que tenemos? Y cómo este tema debe ser una autoridad en las agendas y las disposiciones nacionales.
J: Y si, bien Helena, los terremotos, los huracanes, las sequías, son como más notorias. También hay otros temas como la elevación del nivel del mar, la desertificación, que también afectan a las personas. Ahora que hablas de Venezuela, hay un documental maravilloso de una directora que se llama Anabel Rodríguez, que se llama «Erase una vez Congo Mirador», que es una población que está en el lago de Maracaibo y que por la desertificación, esta población desaparece. Es importante que ustedes que nos están viendo, que nos están escuchando, comprendan que el cambio climático está ocurriendo YA, la crisis climática la estamos viviendo YA. El hecho de que una población desaparezca por la desertificación significa que tenemos que actuar ya en este momento, no es algo que vaya a ocurrir en 30 o 60 años. Incluso, Helena, vemos los movimientos migratorios aquí mismo dentro de los Estados Unidos, donde las personas que viven en el este del país, por ejemplo, en Florida, se mudan a otros lugares debido a los huracanes. Los que viven en la costa oeste se mudan por los incendios forestales y se enfrentan a otros desafíos. Entonces, es algo en lo que debemos tomar acción, no solo los gobiernos y los líderes, sino también como individuos. Debemos hacer algo. Además, debemos tener en cuenta que los migrantes siempre aportamos y trabajamos más, y creo que sumamos más que la visión negativa que algunos tienen. Desafortunadamente, creen que restamos, pero siempre tratamos de hacer las cosas de la mejor manera posible, al menos la mayoría. Y creo que tú, que lo ves en tu trabajo diariamente, Helena. Entonces, bueno, el tiempo se nos pasó rápido cuando hablamos de cosas que nos apasionan y que consideramos importantes. Pero nuevamente, Helena, agradecida con tu participación, agradecida de que hayas estado en este espacio y de que siempre nos hayas explicado cosas y aprendamos contigo siempre. Y bueno, ya eres una invitada siempre de la casa, una amiga de la casa. Así que muchísimas gracias, Helena.
H: Gracias, Johani, gracias a Sachamama. Gracias por este espacio, gracias por mantener estas conversaciones, que creo que son fundamentales. Todos y todas podemos hacer algo, y eso lo debemos tener siempre en mente. Cada una de nuestras acciones y decisiones de consumo, de vida, son un aporte. Debemos tenerlo siempre en mente.
J: Y a ustedes muchas gracias por escucharnos, y nos encontramos el mes que viene, ya saben, el último martes del mes, en nuestro Facebook Live, a las 6 de la tarde. Muchísimas gracias y quedamos pendientes para la próxima oportunidad.